Cada visita que hacemos a la selva, el bosque de niebla, un acahual, o cualquier otro ecosistema, es una oportunidad de sorprenderse. Además del espectáculo visual que nos ofrece el paisaje y las abundantes sensaciones al avanzar entre la vegetación, una de las experiencias más gratificantes que nos puede brindar una caminata es el encuentro con la fauna silvestre del ecosistema que se visita. En muchas ocasiones es un acontecimiento anunciado para quién sabe prestar atención: el crujir de una rama, los contornos de las huellas frescas marcadas en el fango e incluso los sonidos distintivos y lejanos de algún ave o mamífero. Otras veces la emoción es todavía mayor cuando sobreviene un encuentro visual e inesperado con algún animal, en el sendero que estamos recorriendo.

Desafortunadamente, en los últimos años, numerosos ecosistemas se han convertido en lugares silenciosos donde la vegetación permanece, pero los indicios que delataban la presencia de animales se han desvanecido por completo, pues sus poblaciones se han extinguido de forma local convirtiéndose en “bosques vacíos” (1). A esta pérdida de especies animales, principalmente mamíferos medianos y grandes, o a la reducción de sus poblaciones en los ecosistemas, se le ha llamado “defaunación” (2).

La defaunación es causada directa o indirectamente por las actividades humanas requeridas para sustentar el estilo de vida al que estamos acostumbrados. La destrucción y fragmentación de hábitats es la causa indirecta que incide con mayor fuerza en la defaunación (2, 3). Otra actividad que también provoca la pérdida de especies es la cacería, ya que ejerce presión sobre las poblaciones de fauna silvestre, siendo además altamente selectiva hacia mamíferos grandes y medianos por su valor económico y estético.

Más allá de la nostalgia que nos pueda causar la desaparición de los grandes mamíferos por su valor estético o emblemático, es importante reflexionar sobre los problemas que implica para la integridad de los ecosistemas.  Actualmente sabemos que la pérdida de fauna silvestre es un problema similar a la deforestación (3).

Para entender este problema, primero hay que recordar que la fauna y la flora están íntimamente relacionadas a través de las cadenas tróficas; numerosas especies de plantas son el alimento que sustenta a los animales que llamamos herbívoros. En los bosques vacíos, los frutos grandes y sus semillas se acumulan bajo los árboles ya que no hay animales que los consuman.  Debido a que la movilidad de las plantas es limitada, éstas dependen con regularidad de los animales para dispersar sus semillas (4). Es decir, en los ecosistemas, el movimiento y la abundancia de muchas plantas depende de la presencia de grandes mamíferos herbívoros y carnívoros (5).

En respuesta a este problema emergente, los ecólogos han empezado a estudiar la mejor forma para refaunar los bosques vacíos, regresar a los fantasmas de los ecosistemas para tratar de recuperar los procesos afectados como la dispersión de semillas (6). El camino de la ecología para revertir la defaunación aún es sumamente largo, pero, sin duda, vale la pena recorrerlo.

Formato Chicago:

Villalva, Estephanie. “Fantasmas De Los Ecosistemas: ¿Qué Es La Defaunación?” Web log. Blog Con Ciencia (blog). El Nodo: Ciencia, April 19, 2021. https://www.elnodo.science/blog/volumen-1-a%C3%B1o-2021/serie-1-el-paisaje-veracruzano/fantasmas-de-los-ecosistemas-qu%C3%A9-es-la-defaunaci%C3%B3n.

Formato BibTex:

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